Invernadero semi-cerrado
Invernadero semi-cerrado
7 metros bajo canalón
38250m²
Tomates
Para estos productores apasionados, la frescura y el sabor de sus tomates es la prioridad. En su búsqueda continua de calidad y para enfrentar los desafíos climáticos y las necesidades de optimización de rendimientos, Julie y Jean-Philippe Briand recurrieron a la experiencia de Richel. Buscando soluciones para mejorar el rendimiento de sus invernaderos, colaboraron durante casi dos años con los equipos de Richel para desarrollar este proyecto de invernadero Venlo semi-cerrado de 32,850 m², dedicado al cultivo de tomates, con un área técnica de 1,350 m².
El sistema Optim’Air de los invernaderos semi-cerrados de Richel integra innovaciones importantes para una producción energética circular:
Pantallas térmicas y un cuarto de calderas
Conexión de cogeneración
Un sistema de distribución de calefacción y CO2
Sistemas de ventilación, conductos y pad cooling
Canaletas de cultivo
Recolección de aguas pluviales y agua de condensacion
Esta gestión óptima de la temperatura, de la humedad y del clima interno en general permiten que los cultivos crezcan en condiciones óptimas, incluso durante los periodos más calurosos. Los resultados son contundentes: una mejora en la calidad y el rendimiento de los cultivos.
Se realizó un estudio exhaustivo para analizar el consumo energético de los sistemas de ventilación en los invernaderos semi-cerrados. Aunque los ventiladores aumentan el consumo de electricidad, el aumento de los rendimientos de hasta 20%, según las variedades, justifican esta inversión. Además, el corredor climatico permite realizar en invierno una deshumidificación, reduciendo asi el consumo de calefacción.
Para cualquier productor, la lucha biologica es un verdadero desafío. «Gracias al invernadero semi-cerrado, podemos trabajar manteniendo una presión positiva», declara Davy D’Abbundo. «Es una solución ecológica para limitar la entrada de insectos y reducir significativamente el uso de productos fitosanitarios». Este método permite mejorar la salud general de las plantas, obtener cultivos más limpios y más biológicos, y así alcanzar el objetivo de cero residuos.
Para el cliente, la transición hacia los invernaderos semi-cerrados permite superar desafíos críticos relacionados con infestaciones de insectos y condiciones climáticas extremas. Las soluciones implementadas no solo mejoraron la calidad y el rendimiento de los cultivos, sino que también optimizaron el uso de energía gracias a sistemas de ventilación eficientes. Esta colaboración fructífera ha reforzado la posición del cliente en el mercado como productor de cultivos de alta calidad.